MERCENARIOS SIN GLORIA

Título Original: Play Dirty

Año: 1968

País: Reino Unido

Director: André de Toth

Produccción: Harry Saltzman

Director Artístico: Thomas N. Morahan, Maurice Pelling, Elven Webb

Diseño de Producción: Vicente Sempere, Eva Monley

Guion: Melvin Bragg, Lote Colin

Idea original: George Marton

Música: Michel Legrand

Fotografía: Edward Scaife

Montaje: Jack Slade

Vestuario: John Brady

Efectos Especiales: Kit West

Actores: Michael Caine, Nigel Davenport, Nigel Green, Harry Andrews, Patrick Jordan, Daniel Pilon, Martin Burland, George McKeenan, Bridget Espeet, Bernard Archard, Enrique Ávila

Productora: Lowndes Productions

Género: Bélico, II Guerra Mundial

Duración: 117 minutos

Nota Movielón: 6´8

La acción de la película se situa en el Norte de África durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, Erwin Rommel se destacó como el más famoso mariscal de Hitler. Rommel, que se erige como el enemigo invisible de esta obra, fue apodado el Zorro del Desierto, a raíz de su gran habilidad como comandante de las Deutsches Afrika Korps durante las campañas militares de 1941, 1942 y 1943. El Reino Unido y la Commonwealth se mantuvieron como la única gran fuerza capaz de combatir contra las Potencias del Eje en el Norte de África.

La película sigue a un variopinto grupo de renegados que combaten por dinero. Están al margen de la sociedad, hay asesinos, contrabandistas, violadores, estafadores e incluso dos árabes que supuestamente han sido repudiados por homosexuales. Digo "supuestamente" porque en el doblaje español, realizado en época franquista, se refieren a ellos como "hermanos que se quieren mucho". Estos mercenarios están al servicio del coronel Masters, que encomienda al capitán Douglas la tarea de dirigirlos en una difícil misión a través del desierto del Sahara para destruir unos objetivos nazis.

André de Toth, que no volvió a dirigir ninguna película después de esta, desaprovechándose su enorme talento, parece que más que una película bélica pretendía hacer un documental de guerra, ya que hay largas escenas en las que apenas hay diálogo, sin música, con espectaculares secuencias como la que muestran la subida de tres jeeps por un desfiladero con la única ayuda de un cable y una polea.

Sería un error ligar esta película con Los Mercenarios (Sylvester Stallone, 2010) ya que en aquella son antiguos soldados retirados que se han reconvertido en soldados de fortuna porque no saben hacer otra cosa y porque ganan mucho dinero, pero al contrario de Mercenarios sin Gloria no son proscritos. Probablemente el film está más cerca de Black Hawk derribado (Black Hawk Down, 2001) de Ridley Scott, ya que, como comentaba antes, recuerda a un estilo más de documental de ficción, sin hilo argumental, recreándose en hechos cotidianos del día a día. El día a día de un grupo de soldados cruzando en jeeps el desierto del Sahara, claro.

El pulso dramático de la película recae en dos actores: Nigel  Davenport, que interpreta al capitán Leech, un mercenario implacable y Michael Caine, que da vida al capitán Douglas, de costumbres más civilizadas. Harry Andrews, que interpreta al brigadier Blore, será reconocido por los fans de Superman: La película (Richard Donner, 1978) como uno de los miembros del consejo de Krypton.

La cinta carece de BSO como tal, la música que se escucha siempre son canciones y provienen de las radios que llevan los jeeps, y siempre que se escucha una canción es porque alguno de los personajes ha sintonizado una emisora. Esto acentúa la idea de documental.

El rodaje en Almería se centró en el desierto de Tabernas, las dunas de Cabo de Gata, el oasis de las palmeras y Pechina entre otros.

Mercenarios sin Gloria es una pequeña joya ya que tiene escenas realmente impactantes como la mencionada de los jeeps. La cinta muestra sin contemplaciones las falsedades, locura y crueldades cometidas en las guerras en manos de los generales, que mienten para conseguir la consecución de sus objetivos o estos soldados de fortuna que matan de manera impune y sin ningún atisbo de remordimiento de conciencia. ¿Y todo para conseguir qué? El final no te dejará indiferente.


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